Ya hace días que Grau me proponía reperir este itinerario, abierto por Nuria, Grau y Quintí. Se conjugan los astros y vamos Grau, Salla y yo.
La vía tiene dos partes diferentes, abiertas en épocas diferentes y separadas por una amplia feixa inclinada. Pero la tónica es similar en ambas. Va enlazando fisuras y placas con un equipamiento mínimo, hasta la cima.
A destacar el techo, en artificial, con ambiente y sorpresitas, y los largos superiores. Por el contrario, algunos tramos mas herbosos le restan belleza por momentos. Pero en resumen es una vía que merece repetirse, eso si, nada que ver con las mas populares, aquí encontraremos mas terreno jabalí.
Las pocas chapas existentes te obligan a escalar y buscar el itinerario en algunos puntos.
El tiempo estos días no está demasiado estable. Hemos arriesgado y nos pilla la lluvia en la última reunión. Afortunadamente un providencial agujero, a la izquierda, nos sirve de cobijo mientras descarga la tormenta.
Medio para, todo empapado y para abajo. Rapelamos rápidamente hasta la feixa y aprovecho para dejar todo el material al pie del objetivo para el siguiente día.
Abajo nos esperan Nuria y Castán, que han terminado antes y no se han mojado.