Al margen de las líneas existentes, parece ser que existe un proyecto más a la derecha y que el tiempo desvelará, se veía claro el hueco y la línea a seguir. Extrañamente no estaba abierta a pesar de ser uno de los lugares por dónde se te va la vista. Comenzando por los primeros metros de Genollets, rápidamente la abandonamos para continuar rectos y un poco por la derecha. En todo momento seguimos una especie de pequeño espolón que se insinúa junto a una canal muy marcada. Esta muere en un gran techo que le da ambiente y que evitaremos por la derecha. Luego no es más que navegar por una excelente placa en busca del final de Genollets. La vía queda guapa y casi totalmente equipada porque la roca no admite muchos más seguros que no sean clavos o paraboles. Sobre los clavos, señalar que en el primer largo pusimos alguno pero después ya nos quedaban sólo los pequeñitos de progresión por lo que quedó ya todo con chapas. En el L3 no hace falta nada de material adicional. Cuando llegué a la R2, ví a lo lejos una gran serpiente pero no le di mayor importancia. Cuando lega el Sidi vemos como la bicha se ha ido acercando hasta nosotros, curioseando e incluso saltándose la prudencial línea imaginaria de seguridad. Ya ví que era serpiente, pero aún así mucha gracia no me hacía de forma que di unos martillazos en la pared para que ella notara las vibraciones y cambiara el rumbo. Parece que esto la atrajo todavía más y decidió acercarse un poquito más a ver que se cocía. Se cocía que ahora otro martillazo le cayó peligrosamente cera. Aquí ya creo que vio que no había buen rollito y decidió girar cola y poner rumbo a otro sitio más tranquilo. Era grande. A pesar de tener bastantes paraboles, ojo que son cortos. La broca entraba sin apretar y uno de ellos salió con la mano y fue reubicado en otro lugar. No es mala roca, es buena tierra. En las fotos podemos apreciar la diferencia de temperatura entre las caras norte (aproximación) y sur (vía).