Poco a poco la Vall d’Aran va desarrollando sus posibilidades de escalada. Quizás estas sean más limitadas que en otras partes pero existen y van saliendo a la luz, gracias al esfuerzo y constancia de toda una nueva generación de inquietos escaladores que han fijado su residencia en el valle de la nieve. Esta vez se trata de un par de itinerarios de varios largos sobre buen granito y con magníficas vistas sobre el Aneto y Macizo de la Maladeta. Ideales para disfrutar de una primavera radiante que cada vez está más cercana. Hacía muchos años ya que me había fijado en las posibilidades que se le adivinaban a estas paredes pero la verdad es que faltó el empuje para una primera exploración. La creación de la ferrata del Poi d’Unha ha facilitado sin duda alguna el acercamiento y la visión de todo lo que se puede hacer aún en estas rocas con un poco de imaginación. Una posibilidad más de disfrutar de este magnífico rincón del Pirineo. Por otro lado, alguna fuente cercana y que ha tenido la oportunidad de repetir una de las vías, me comunicó lo estricto de la graduación empleada, por lo tanto será mejor ir un poco sobrados de grado y preparados para apretar más de lo que parece tras la simple lectura de la reseña. Por mi parte, queda pendiente una visita.