A esta vía le tenía un respeto terrible, sólo el nombre ya da miedo: NAZGUL. Sabéis lo que es un Nazgúl?, pues mirad o leed el Señor de los añillos. A la vista de la primera reseña aparecida (la adjunto aquí como curiosidad), esto es una cuesta de vacas y un camino de rosas. Todo IV, con algo de V y un V+ por ahí perdido. Nada, una chorrada de vía. Curiosamente ponía horarios de hasta 10 horas, bivac incluso. No perderse el IV+ -putejat- del L5 que marcan algunas reseñas y que es lo más difícil de la vía. Luego, si un día se te ocurre mirarla ya flipas, unas fisuras verticales hasta la saciedad y, lo pero cientos de metros de chimeneas a cual más estrecha y agobiante, de esas que se te engullen, de esas que te arrastras, de esas que nunca te quieres encontrar en una vía, de esas que hacen que jamás vuelvas en busca del Nazgúl. Para rematar la faena, tramos rotos y, por supuesto, prácticamente desequipado. Hechas las que hay que hacer, vienen las siguientes. Muchos ya la han hecho, al comentarles el nombre, sueles escuchar: “¿Nazgúl, uf?” Antonio se presta a la sesión masoquista consistente en arrastrarse por unos cuantos tubos perfectamente alisados por el agua y ganar, centímetro a centímetro los 200 metros de chimenea + todo lo demás que se interponen entre el suelo y la cima. Una vez arriba, tras la tempestad llega la calma y valorando te queda el regusto de haber subido por una de las vías más estéticas, lúgubres y guapas del congosto; de aquellas que jamás vas a olvidar. Buena y dura. El Porta me dijo el otro día una “frase histórica” (que dría Chavi): cada vez que llegas a la cima de Montrebei, te sale una nueva cana, por el miedo. Yo añadiría que en algunas te salen 2 o 3. Ni se os ocurra llevar mochila, aventura salvaje. Durante el camino de ida, en radio 3, escuchaba un original programa basado en canciones que se prestaban al griterío y a desgañitarse vivos hasta quedar afónicos en un concierto, para conseguir oírse más que la/el propia/o cantante. Entre ellos, uno de los grandes: Dover http://www.youtube.com/watch?v=d0bTLCCc0VM La segunda ascensión la realizaron Cucó y Rigol, a este último le pedí una pequeña colaboración a la que muy gentilmente accedió. El Nazgul Esta es una historia intrascendente Junto con Albert Cucó en la semana santa de 1982 hicimos nuestro primer viaje a Montrebei. La info que teníamos era un artículo aparecido en el Desnivel nº 4 y firmado por AGP. Ya en la subida desde Ager era territorio nuevo para nosotros. Paramos en una granja para preguntar si aquella era la pista para ir a la Paret de Catalunya. El tipo nos miró extrañado como no sabiendo de qué le hablábamos, finalmente quedó claro: la gente del lugar llama a esas paredes Obaga y Solana en lugar de Catalunya y Aragón. Que fue así como las nombraron los primeros escaladores del Congosto, como conquistadores borrando costumbres paganas, sin importarles la toponímica del lugar un carajo. Una vez en el prado al fin de la pista montamos el garito. El repertorio de vías era menos extenso que el actual. Si no recuerdo mal entre la Paul Lalueza y la Gede habían ocho vías (Latin Brothers, Cuervo, Nirvana, Marquises, Diedro Audoubert, Nazgul, Idyl). Nos embarcamos al día siguiente con previsión de un vivac. Un par de chupas gordas, algo de papeo y agua era nuestra impedimenta. En cuanto a material: unas 15 expres con nudo (no las había cosidas) 10 pitones, un juego de bicoins Simond, 3 Amigos del Galayar nº 1, 2, 3 y un par de excéntricos gordos. Empezamos el tajo por la mañana con el propósito de dormir en la cueva de la octava reunión según el croquis. Íbamos viendo que los largos y reuniones que montábamos no se correspondían con el croquis. Menda que debía encontrar la cueva –pues estaba haciendo ese largo- no la encontró pero sí que llegó hasta la siguiente reunión. No me pregunten cómo, que todavía no lo sé. Eso fue a media tarde y decidimos que allí nos quedábamos hasta la mañana siguiente. Un vivac absolutamente plácido del que salimos cuando ya nos tocaba el sol (no llevábamos reloj pero conociendo el país debía ser poco temprano). En ese momento sabíamos que un par o tres de largos más arriba debíamos –según la descripción de la reseña- hacer un “flanqueo a la izquierda, fino con excelente roca, montándose la reunión sobre estribos”. A pesar del interés que le pusimos a la cosa –por aquello de no liarnos- ninguno de los dos fuimos capaces de identificar ni por asomo donde era ese flanqueo. Tampoco lo buscamos mucho pues sencillamente la lógica del “recto p’arriba” nos llevó de repente a la cima sin esperarlo. La nuestra fue la primera repetición de la vía. La reseña extraída del dossier del Desnivel era.... en términos muy claritos de pillar: una mierda. Pero nos bastó para salir por arriba. Me parece justo que se sepa que, hasta la cueva –o sea la mitad de la vía- el itinerario había sido abierto por Sergi Mártinez y alguien más del que no recuerdo el nombre. En un gesto poco honroso a mi parecer, la vía fue canibalizada y terminada, digamos que en un “descuido por ausencia” de los aperturistas, por AGP y sus compañeros. Josep Rigol
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