La Placa dels Quatre Vents siempre ha estado envuelta de cierto misterio, algunos robos de chapas y la presencia de perros asesinos contribuyeron a ún más a la leyenda negra.
En la actualidad los perros están perfectamente confinados, hay un buen camino y las vías se han reequipado gracias a la labor de Rogelio Nebot (en las fotos), que ha cambiado todos los anclajes antiguos o sustraídos por parabolts o químicos.
Un buen lugar dónde pasar la mañana y disfrutar del excelente calcáreo Mediterráneo.