Primera toma de contacto con la agresiva roca Iraní. Subimos la empinada cuesta hasta el refugio, picamos algo, nos aposentamos y al lío. El refu está en un punto realmente espectacular y bonito, con excelentes vista de las paredes principales y la petroquímica de turno.
Tras estudiar la guía y repartir las cordadas Juan Luis y yo vamos a este itinerario, mas difícil. Alberto y el guía irán a Tavaloud, situada justo a la derecha, a ver si podemos hacernos algunas fotos mutuamente. Remi hoy descansa.
Absolutamente magnífica escalada en placa vertical y con una roca impecable. Buena, buenísima y sostenida, aunque con un largo particularmente mas difícil que el resto y que, afortunadamente, le toca a Juan Luis. Sin estudio previo puesto que miramos la rese muy por encima y en la vía no la llevábamos. Los pasos suelen ser bastante obligados y el equipamiento es muy antiguo (spits de 8 bien oxidados) y muy distante. Lo que exige una constante concentración e ir intentando colocar alguna pieza intermedia para disminuir el miedo.
La parte superior suaviza y la tensión decrece.
En teoría est
á preparada para rapelar, pero arriba va un poco de lado y no invita mucho a ir rascando las cuerdas en esta roca plena de cuchillos.
Justo al final, me ladeo unos metros y pongo el pie en el bloque que no tocaba, este se desprende y cae apenas unos centímetros sobre mi pierna, causando una buena herida, nada grave pero impresiona.
Esta vía finaliza en una pequeña aguja, mucho antes de la cima y de la que se baja hacia la izquierda. El guía nos guía.
Primero bien, pero el tramo final, justo antes de llegar al pie de vía, se transforma de repente en las viras del Ossau. Que miedo, destrepes con el patio suficiente como para matarte varias veces. Bajamos con suma cautela, asegurando cada paso y, sobre todo, sin mirar la posible caída.
No entendemos como no hay aquí una instalación de rapel, supongo que hará falta que alguien se mate para que la instalen. En serio, nos pareció sumamente peligroso.
